Cine en serie: "Dexter", la sangre es su salsa
Querido diario:
Era previsible que Dexter, el forense psicópata especializado en sangre, trajera hasta la clínica muchos poseídos. Es de esas series que ni mucho menos gusta a todo el mundo, pero que adoran los que conectan con ella. Existiendo C. S. I. y la forense Brenan de “Bones”, un forense más debía tener alguna peculiaridad, y esa es la sangre. Una de las especializaciones menos conocidas aunque los usamericanos llevan ya muchos años trabajando con las manchas de sangre de los escenarios de crímenes. Se me despertó la curiosidad y le he preguntado a mi tío, que hizo un curso en el Canadian Police College de Ottawa en Canadá.
»Una salpicadura es consecuencia de una fuerza que impulsa la sangre, y cuando recibe el golpe, la sangre se descompone en gotas que viajan por el aire como esferas que, al chocar contra una superficie, dejan tipos de huellas que se empezaron a estudiar en los departamentos forenses, usando habitaciones empapeladas de blanco y provocando salpicaduras en circunstancias muy variadas.
La sangre que brota como consecuencia del impacto de una arma de fuego hace manchas más pequeñas que aquellas que forman una rociada típica de impacto a baja velocidad, y cuanto mayor sea la fuerza, más pequeñas son las gotas, hasta presentar el dibujo fino y alargado de un aerógrafo en casos de explosiones violentas.
Una barra, un cuchillo o similar, al retirarse queda manchado y salpica sangre, y el dibujo de esa salpicadura también es totalmente diferente , presenta rastros rectos o ligeramente curvos, las gotas son bastante uniformes y se puede determinar la naturaleza de un ataque, y en la mayoría de los casos exactamente dónde se produjo la agresión. Los forenses de la sangre graban videos de todas las zonas manchadas usando una regla y un cordel con plomada similar a la de los albañiles. Un ordenador la utiliza después al escanear la imagen para determinar la dirección vertical de la mancha.
Al programa se le introducen también las medidas de los ángulos de dirección y de impacto, que son calculables porque cuando una gota de sangre choca, se aplana y deja un rastro al deslizarse la parte inferior de la gota por la superficie. Al principio, cuando la gota golpea contra el objeto, el rastro es pequeño, luego se agranda, con el punto más amplio en el centro o parte más grande de la gota. Luego el rastro se estrecha y finalmente se convierte en un hilo. La dirección del trayecto está clara.
A partir de esos datos se empezó a calcular hace ya años el punto de origen usando cordeles. Uno de los extremos se fija a la superficie en la posición de la mancha, luego se extiende en la dirección estimada del movimiento. Este método se repite con muchas otras manchas de la escena de un crimen. El resultado es un conjunto de cordeles que se extienden desde la sangre salpicada hasta converger y encontrarse en la fuente de la sangre. Era un trabajo lento y con un margen amplio de error. En lugar de tener que hacerlo de forma manual, hoy un programa produce un archivo que contiene los valores de los ángulos para cada una de las manchas analizadas. el ordenador traza cordeles virtuales a partir de los datos y da también una vista lateral, que calcula la altura de la fuente de sangre. Combinando ambas vistas, tienes una idea bastante precisa del punto de convergencia y, por lo tanto, de la posición de la víctima cuando fue apuñalada, tiroteada o golpeada. Si ese forense televisivo del que me escribes es medianamente bueno, esta es su rutina.
Así reacciona Dexter cuando no encuentra sangre en la escena del crimen...
Me ha parecido superinteresante...yo pensaba que una gota era gota, fuera de lo que fuera....(soy de letras jeje).
Muy bueno.
No tengo palabras...es genial, como la serie . Yo tambien soy de letras ; )